Encontrar una curva donde se esperaba rigidez. Acomodarse en un efecto nube donde se intuía firmeza. Cambiar las formas más toscas por líneas orgánicas que inviten al asiento en espacios tanto privados como de interacción. Dar protagonismo a piezas que se convierten en acentos de diseño, e incluso color, en muy variados interiorismos.
La búsqueda de la amabilidad en piezas como las butacas crece y se tornan en piezas clave, esculturales y protagonistas, pero siempre confortables.