Hoy, damos comienzo a “Viccarbe Talks”, una nueva sección de entrevistas guiadas por Victor Carrasco, Fundador de Viccarbe, quien tiene el placer de descubrirnos personalidades tan interesantes como la de nuestra primera invitada: Sara Armbruster, presidenta y CEO de Steelcase Inc.
Armbruster cuenta con más de 20 años de experiencia en estrategia corporativa e innovación empresarial. Desde que se incorporó a Steelcase en 2007, ha desempeñado funciones directivas en varias unidades de negocio de la compañía y tiene una gran trayectoria en el impulso del crecimiento e innovación mediante liderazgo estratégico orientado a resultados.
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Hola Sara, parece que fue ayer cuando Steelcase, durante una cena en Nueva York, me propuso iniciar una colaboración con el Grupo. De esto hace ya más de 16 años, que han afianzado la fructífera relación entre Viccarbe y Steelcase. Como primera presidenta y décima CEO en la historia de la compañía, tus desafíos son emocionantes y nos sentimos afortunados por contar con tu talento para liderar y llevar la empresa a un nivel todavía más ambicioso.
Me gustaría preguntarte, ¿cómo ha conseguido Steelcase liderar el sector de la oficina desde hace más de cien años, con propuestas tan significativas para la mejora de nuestra vida cotidiana?
Hay muchísimos factores que han contribuido al éxito del Grupo. Uno de ellos es nuestro interés por aprender. Steelcase y su equipo siempre han estado muy comprometidos con la experimentación, el aprendizaje y la adaptación. A lo largo de sus 111 años de historia, la compañía ha tenido que hacer frente a enormes cambios en la forma de trabajar de las personas y en el mundo, y nuestra mentalidad de aprendizaje constante ha sido una gran ventaja.
Con el exceso de información que nos rodea y con una tendencia social cortoplacista, ¿cómo diferenciar lo urgente de lo relevante para seguir siendo líder?
Según mi experiencia, suele estar claro qué tareas son importantes para alcanzar los objetivos a largo plazo y qué tareas son las más urgentes (pero no relevantes para los objetivos a largo plazo). Lo que resulta más difícil para muchas personas, yo incluida, es priorizar el tiempo para hacer el trabajo importante antes que el urgente. Organizar tu día o tu semana de modo que adelantes el trabajo que suma e importa antes de hacer el que urge es una técnica que puede ayudarte a amplificar tu energía y eficacia.
Como sabes, Viccarbe ha crecido mucho estos últimos años gracias a exportar, de forma única, su concepto Mediterráneo, que promueve la colaboración y favorece el optimismo. ¿Qué crees que le hace especial a Viccarbe?
Entre las cosas que convierten a Viccarbe en especial se incluyen su increíble claridad para transmitir los valores que le representan – una vida contemporánea, cómoda y la simplicidad tocada por el sol -, la velocidad para innovar que permite que ideas brillantes aterricen rápidamente en el mercado y sus personas con talento y pasión que llaman, muy orgullosas, a sentirse Viccarbe.
¿Puedes compartir algún consejo sobre cómo tomar las decisiones correctas en tu día a día?
Una cosa que me gustaría que se interiorizase es que la toma de decisiones es una habilidad que cada uno de nosotros puede trabajar. Cuando hagas una elección complicada, dedica 10 minutos a escribir de qué se trata, qué opciones has considerado y cómo has conseguido llegar a su resolución. Guarda ese papel y léelo seis meses después. Reflexionar sobre lo que pensabas en el momento de tomarla, una vez que ha pasado el tiempo y ya conoces los resultados, es una forma estupenda para poder comprender tus patrones de pensamiento, que además da ideas que pueden servirte en el futuro.
Siempre he pensado que la solución a todos los males reside en la lectura, ¿qué libro me recomiendas?
Ya que hemos hablado de diferenciar lo urgente de lo importante y de la toma de decisiones, te sugiero Cuatro mil semanas: Gestión de tiempo para mortales, de Oliver Burkeman. Y para divertirme, algunas de mis novelas favoritas de los últimos años son La casa holandesa, de Ann Patchett, y El hijo del amo huérfano, de Adam Johnson.
